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Nuestros Precursores
General Francisco Javier Salazar Arboleda (+)
El 12 de enero de 1824 fue bautizado en la iglesia de El Sagrario de Quito con los nombres de Francisco Javier Antonio José, hijo del doctor José María de Salazar y Lozano y de Dolores Arboleda y Retana. Estudió en el colegio de San Fernando y en la universidad la carrera de jurisprudencia; al mismo tiempo se enroló en las filas del regimiento de caballería. Al ascender al grado de capitán recibió su título de bachiller en leyes. Se recibió como doctor en 1851 cuando era sargento mayor del ejército.
Con este mismo grado, como parte de la División de Manabí actuó en la campaña contra Franco en 1860, siendo factor fundamental de la toma de Babahoyo, y posteriormente del paso de la artillería por el Estero Salado para la toma de Guayaquil. Producto de esta campaña ascendió al grado de coronel y recibió la condecoración “Arrojo Asombroso”. Fue el inicio de su relación personal e histórica con Gabriel García Moreno.
Participa en la revolución contra Ignacio de Veintemilla en enero de 1883, siendo nombrado como director supremo de la guerra de los ejércitos restauradores. Se le atribuye el éxito vigoroso de la revolución, así lo consignó el Congreso Nacional en 1892, además de declararle como “Regenerador de la milicia ecuatoriana” En distintas épocas ocupó las carteras de lo Interior, Relaciones Exteriores, Educación, Guerra y Marina; esta última en algunas ocasiones. Fue ministro plenipotenciario y enviado extraordinario ante varios gobiernos de Europa, como Gran Bretaña, Francia, Alemania y la Santa Sede. Político de principios definidos, escritor y diplomático, polígloto y militar de carrera y científico en su campo. Autor de libros sobre táctica, instrucción de tiro y esgrima a la bayoneta, autor de un prontuario militar, de reformas básicas al Código Militar.
Tradujo poemas de Dante, Byron, así como estudios militares del alemán y del inglés; además hablaba italiano, francés, portugués, griego y latín. Fue diputado a la constituyente de 1869 y a la de 1884, de la cual fue su presidente. Fue ministro plenipotenciario ante los gobiernos de Perú y Chile.
Miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua; perteneció a los ateneos de Quito y de Lima y a la Academia de las Buenas Letras de Sevilla. Candidato a la presidencia de la república en 1891. Hombre culto por excelencia, militar formado académicamente en el exterior, visionario de un ejército dedicado al cumplimiento de su misión fundamental, la defensa de la soberanía nacional. Con claro conocimiento de la ciencia y del arte de la guerra, impulsó vigorosamente, desde los diferentes puestos de mando, dentro y fuera de la institución, la capacitación permanente de oficiales para que hagan un uso adecuado de la táctica y estrategia militar al momento de dirigir las fuerzas en combate, administren con inteligencia la logística militar en apoyo de las operaciones militares, y respeten las leyes y reglamentos como base fundamental de la disciplina militar.
El 21 de septiembre de 1891 fallece el general Francisco J. Salazar. Su influencia en la vida nacional en general, y particularmente en la reorganización, formación y perfeccionamiento de la institución armada, por más de treinta años, lo coloca entre los oficiales generales más distinguidos del ejército nacional.
Contralmirante Carlos Monteverde Granados (+)
Nació en Guayaquil el 8 de marzo de 1919. Se incorporó a la Fuerza Naval en 1938, obtuvo los despachos de pilotín dos años después, para seguidamente otorgársele los despachos de alférez de fragata. Fue uno de los marinos más destacados y sin duda el que más años ha entregado a la Armada. Fue maestro de marinos, por lo que muchas generaciones heredaron sus sabias enseñanzas. Se forjó en los buques BAE El Oro, Calderón, Esmeraldas y Guayas. Ocupó cargos importantes, como gobernador de Galápagos, comandante del Distrito Naval del Guayas, director de la Escuela Naval, jefe de Estado Mayor de la Armada, comandante en jefe de la Escuadra, y comandante general de Marina (1963 –1966). El doctor Clemente Yerovi Indaburu presidente de la República, le confió el puesto de jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas. Se acogió al retiro voluntario en 1967, veintinueve años después de que, como bisoño marino, hizo su ingreso a la institución que fuera también de los célebres Illingworth, Wright, Urbina, Robles, Úraga, Andrade Lalama y Morán Valverde, que como él hicieron historia.
La Academia de Guerra Naval lo tuvo como preceptor en las cátedras de estrategia e historia naval hasta 1986, y seguidamente dirigió el Instituto de Historia Marítima. Por su brillante trayectoria de hombre de mar, fue el responsable de encaminar a ese instituto por el impecable sendero recorrido, desde sus inicios hasta el año 2003; la Academia Ecuatoriana de Historia Marítima y Fluvial reunida en Asamblea, decidió oficiar a la superioridad, sugiriendo el nombre de “Instituto de Historia Marítima Contralmirante Carlos Monteverde Granados”, que actualmente tiene en su honor.
Quedan sus libros “Evolución de la Marina de Guerra Ecuatoriana”, “La Epopeya del Aviso Atahualpa”, “La Marina de Guerra en la Campaña de Esmeraldas 1913-1916”, Tomos VI, X y XII de la obra Historia Marítima del Ecuador, como fiel testimonio de un pasado, del cual en un lapso fue protagonista.
Se retiró del Instituto de Historia Marítima el 15 de enero del 2003, no sin antes presentar su última obra y ser incorporado como miembro correspondiente de la Academia Nacional de Historia. Falleció en Guayaquil el 26 de febrero del año 2004.
General Gonzalo Orellana Barriga (+)
Nació en la ciudad de Quito el 2 de febrero de 1918, hijo del escritor y periodista azogueño Gonzalo Orellana Pozo y de María Isabel Barriga Moscoso, latacungueña, nieto del teniente coronel Delfín Orellana Sisniegas, héroe de Gatazo.
Inicio sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Mejía, y los culminó en el Colegio Militar. Egresa con el grado de subteniente de caballería en 1939. De 22 años fue trasladado a la frontera con el Perú, al batallón Montecristi y después al grupo de caballería Febres Cordero. Durante la guerra ecuatoriano-peruana de 1941, participó en el combate en el destacamento de Alto Matapalo. Por su valiente participación fue condecorado con la “Cruz al Mérito de Guerra” y con la medalla Abdón Calderón. En el mismo conflicto y a pesar de encontrarse con paludismo participó en la fase de consolidación del combate de Panupali, mereciendo una nueva presea por mérito de guerra.
A la edad de 32 años con el grado de capitán, obtuvo el primer premio del concurso histórico nacional promovido por el presidente Galo Plaza Lasso, teniendo como uno de los miembros del jurado al general Ángel Isaac Chiriboga. Siendo mayor en 1958 ganó el primer premio del concurso hípico nacional montando en el legendario caballo “Fugitivo”.
En 1969 con el grado de coronel se hizo acreedor al primer premio del concurso de historia militar, auspiciado por la Fuerza Aérea Ecuatoriana. En ese año fue designado agregado militar en Colombia, y logró un acercamiento y unas relaciones muy cordiales entre las cúpulas militares.
Después de salir del servicio activo de las Fuerzas Armadas fue invitado para integrar el Consejo de Seguridad Nacional del Estado en donde estuvo un año. Luego fue nombrado director de historia y geografía del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y empezó una investigación seria de todos los documentos imbricados con la historia militar del Ecuador produciendo libros valiosos pues tuvo la oportunidad de desarrollar la docencia en el Colegio y Escuela Militar, en la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales y en las Academias de Guerra Terrestre y Aérea así como en el Instituto de Altos Estudios Nacionales por más de quince años.
En 1975 después del intento de Golpe de Estado del 1ro de septiembre es designado defensor especial de los implicados en el golpe. Desde 1976 estuvo al frente de la Dirección Nacional de Museos Militares y posteriormente en la Dirección Nacional de Desarrollo de las Fuerzas Armadas.
En el plano cultural en 1980 obtuvo el segundo premio del concurso internacional de ensayo histórico promovido por el Ateneo de New York. Fue representante de las Fuerzas Armadas por las ciencias militares ante la Casa de la Cultura Ecuatoriana por varios años. Fue el representante oficial del Ecuador en diferentes reuniones de carácter histórico, militar, cultural, como conferencista en diversas reuniones militares realizadas en varios países americanos.
Miembro correspondiente de la Academia Nacional de Historia desde 1991, publicó los siguientes libros: Significado de la Batalla de Tarqui; Las Guerras Intestinas del Ecuador, obra con la cual ganó el primer premio del concurso histórico nacional en 1951; Apuntes de Historia Militar Universal; Historia Militar del Ecuador (hasta 1800); Las Agresiones Peruanas al Ecuador; El Arma de Ingenieros en el Ecuador; Los héroes del siglo XX (inédito); Anécdotas militares, con las vivencias dentro de los recintos militares, especialmente en los grupos de caballería. En el Consejo de Seguridad Nacional redactó en cuatro tomos los Documentos Primarios de la Nacionalidad que se encuentran en el Banco Central, Falleció en Quito, de 81 años de edad, en l998.
General Moisés Oliva Jiménez (+)
Nace en la villa de San Pedro Mártir, de Cariamanga, provincia de Loja el 12 de abril de 1874, hijo de Francisco Oliva Roncalli y de doña Ricarda Jiménez. En 1895, cuando Eloy Alfaro asumía la conducción del Estado Ecuatoriano, Moisés Oliva, con 21 años ingresa al Ejército. Inicia su preparación militar en Quito y a su cultura rural se suma la cultura urbana y a sus ideas de frontera, se complementan con las ideas de la capital de los ecuatorianos, se recibió de teniente en 1896.
La Revolución Liberal, analizada desde el desarrollo de la institución militar, es la época de la cimentación ideológica, de la aglutinación de planteamientos para fortalecer su estructura, es la recepción obligada de tecnología y adelantos bélicos, es la visualización de nacimiento de líderes y conductores que comienzan a pensar en lo nacional.
Nuestro precursor ante un estado nacional en formación, como soldado formado en la revolución e impulsado por el orgullo de su origen rural y provinciano, gracias a la apertura de un hombre de cultura como Alfredo Baquerizo Moreno y mientras ejercía las funciones de Jefe del Estado Mayor del Ejército, decidió contribuir con iniciativas en el campo de la cultura, organización e historia, para apoyar los planteamientos estratégicos que tenían las autoridades liberales y así continuar con el ideario radical Alfarista.
El 19 de noviembre de 1916, recogiendo la idea inicial de Olmedo Alfaro, preside la comisión para la creación del Círculo Militar, el 17 de diciembre es elegido el primer presidente de esta organización cultural, y en esta función gestiona los fondos para la construcción monumental y aprueba el diseño arquitectónico de la actual cede de la Academia Nacional de Historia Militar. En la primera directiva se puede notar la presencia del coronel Ángel Isaac Chiriboga como secretario y al mayor Luis Telmo Paz y Miño como pro-secretario, ambos también precursores de la investigación histórica militar ecuatoriana.
En octubre de 1917 sale el primer número de la revista militar “El Ejército”, instrumento de formación y cultura, que luego de la ausencia de nuestro precursor será nombrado director el general Ángel Isaac Chiriboga, gracias a estas publicaciones podemos disponer de bases ciertas sobre la investigación histórica de los acontecimientos nacionales e internacionales que no solamente era un espacio abierto para los miembros del Ejército sino que contaba con la participación de connotados escritores nacionales.
En mayo de 1919, se inauguró el museo militar que fue solemnemente abierto por el presidente de la República; el general Oliva había apoyado incesantemente mal director de la Escuela Militar. En una parte de su discurso dice “El Congreso Nacional debería expedir un Decreto, y así lo solicito, declarando de propiedad nacional, todos los trofeos de guerra que conquistó el Ejército de los Libertadores, en las batallas de emancipación política; y también las banderas, estandartes y más objetos tomados en la batalla de Tarqui y que hoy están en poder de particulares que los ocultan a la admiración y veneración del pueblo”.
En junio de 1919, es nombrado presidente del Comité 24 de Mayo, casi al siglo de la gesta heroica de la Batalla de Pichincha, se creyó justo construir este monumento en las faldas del volcán Pichincha, para lo cual inició la construcción de la carretera que permita llegar hasta la “Cima de la Libertad”. Para concluir y compendiar sus acciones se puede decir que Moisés Oliva es el resultado y el promotor de un cambio social, para que nos alejemos del individualismo y comencemos a trabajar en la nueva patria.
El general Oliva fallece en Génova el 8 de mayo de 1926, a los 52 años, mientras desempeñaba funciones diplomáticas en Italia. Su hoja de vida da cuenta que participó en más de 10 combates y en tres batallas, unas proclamando victoria, y otras asumiendo la derrota.
Teniente coronel Ángel Nicanor Bedoya Maruri (+)
Nació en Quito, el 8 de diciembre de 1912. Fueron sus padres Alejandro Bedoya Jaramillo y Mercedes Maruri Padilla.
Inició sus estudios en la Escuela de los Hermanos Cristianos de San Blas; ingresó luego al Colegio Nacional Mejía en donde se gradúa de bachiller, continuando sus estudios en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central. Cuando cursaba el segundo año fue atraído por la carrera militar por lo que optó ingresar, en 1937, a la Escuela de Artillería e Ingeniería, obteniendo la especialidad de artillería. Con el grado de teniente le correspondió defender la soberanía nacional, cuando la invasión peruana de 1941.
Conforme transcurría el tiempo compartió su vocación militar con el prurito de escribir, de investigar, de historiar. En efecto, en 1946, con el grado de capitán y mientras prestaba sus servicios en el Grupo de Artillería Tarqui, tuvo la oportunidad de conocer las históricas ruinas de Ingapirca, circunstancia que influyó en el nacer de la inquietud y curiosidad por la arqueología, convirtiéndose en un importante cultor de esta ciencia a la que impulsó mediante eruditos trabajos de investigación.
En efecto, es suya la autoría de obras como: “La Arqueología en la Región Interandina del Ecuador”; “Aspectos de la Arqueología en la Región de Cañar”, obra que mereció el premio Tobar, otorgado por el Municipio de Quito, en 1965; y, “Investigaciones Arqueológicas en la Provincia de Imbabura”.
Al referirse al importante aporte que ofreció el teniente coronel Bedoya en el campo de la arqueología, fray Agustín Moreno Proaño, en el discurso de bienvenida, el día de su incorporación a la Academia Nacional de Historia, puntualiza: “Sus investigaciones de campo en el callejón interandino, verificando evidencias arqueológicas que subsisten del pasado en el país, han contribuido a una nueva visión de tan fascinante tema y ha despertado el interés por sitios como Rumicucho, Caranqui, Cayambe, Cochasquí, San Agustín de Callo, Culebrilla, y por supuesto Ingapirca”.
General Ángel Isaac Chiriboga Navarro (+)
Nace el 21 de agosto de 1885 en Quito, barrio de San Roque. Estudia la primaria en la escuela El Cebollar de los hermanos cristianos, secundaria en el Colegio San Gabriel de los jesuitas. Ingresa al ejército y tras el curso interior de aplicación para hacer oficiales, en 1905 egresa de alférez de artillería. En 1906 comienza a frecuentar sesiones literarias y de espiritismo organizadas por Marieta de Veintemilla. En 1906, es designado profesor de la Escuela de Clases. En 1907, es capitán en el regimiento Bolívar. En 1909 es sargento mayor y edecán de Eloy Alfaro. En 1910, profesor en la Escuela Militar, publica para sus alumnos Moral e Higiene Militar. En 1911, ejerce la subdirección de la Escuela Militar. En 1913, viaja a Bélgica como alumno de la Escuela Superior de Guerra de Bruselas. En París ingresa a la Sociedad de Americanistas.
Ya en Ecuador, es designado presidente de la Sociedad de Estudios Históricos Militares. En 1914 con el batallón General Córdova combate la revolución del coronel Carlos Andrade en Imbabura. Trasladado a Quevedo, actúa contra las guerrillas revolucionarias “conchistas” en las provincias de Guayas, Los Ríos y Manabí. En 1915 siendo coronel subsecretario del Ministerio de Guerra y Marina, ingresa a la facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central.
Entre 1917 y 1920, como director de la Escuela Militar escribe Arte Militar y Materias Explosivas y crea el museo militar (Templete de los Héroes). Ese año se casa con su parienta Cecilia Chiriboga Chiriboga. En 1921 funda y dirige por años la revista El Ejército Nacional. En 1922, labora como Jefe de Zona en Cuenca. El 23 actuó en la campaña contra las fuerzas rebeldes de Quito demostrando ser un militar constitucionalista. En 1924, salen a la luz los tres tomos de su Historia General Militar que le sitúa entre los intelectuales de su tiempo. En 1926, como socio fundador de la Sociedad Bolivariana escribe La Guerra Europea. En 1928, publica tres tomos de su obra Tarqui Documentado.
El 29 edita La Campaña de los 30 días, Apuntamientos de Balística. En 1930 ingresa a la Academia Nacional de Historia y colabora en la edición del libro El Ecuador en cien años de independencia. En 1931, viaja a Francia como encargado de negocios y publica Apuntes Biográficos de Honorato Vásquez. En 1932 desempeñando las funciones de Inspector General del Ejército asume la dirección de las tropas constitucionalistas durante la sangrienta guerra “de los cuatro días”, que sumió a Quito en tragedia y costó la vida de más de 1.000 ciudadanos. A manera de explicación y defensa, escribe y da a publicidad Fuerzas Morales del Ejército. Panoramas de la Historia. Enviado a un consulado en Francia, retorna como Ministro de Relaciones Exteriores.
La labor de Chiriboga frente a las relaciones exteriores del país es exitosa pues consigue acordar la “Fórmula Mixta” que da un respiro al país, agobiado por la depresión mundial en la peor crisis del siglo. Edita las Misiones Científicas Francesas en el Ecuador y El general Georges Terrier, en el Instituto Geográfico de Francia. En 1937, retirado de toda actividad vuelve a colaborar en los boletines de la Academia de Historia y en otras publicaciones científicas. En 1951, edita una biografía muy completa de Sucre. En 1952, es nombrado ministro plenipotenciario en Chile y en 1954 en Argentina.
En 1960, recibe la condecoración Sebastián de Benalcázar que le otorga la Municipalidad de Quito, por más de medio siglo de servicio a la cultura. Fallece a la edad de 77 años de edad el 29 de abril de 1962. Deja algunos libros inéditos, entre los cuales vale citar sus memorias con el título Lo que ha mirado un soldado en 40 años de vida profesional.
Coronel Olmedo Alfaro Paredes (+)
Cuando Panamá es provincia de Colombia, nace allí Olmedo Alfaro el 30 de agosto de 1878; hijo del general Eloy Alfaro Delgado y de doña Ana Paredes Arosemena, en una familia de siete hermanos: Esmeralda, Colombia, Bolívar, Ana María, América, Olmedo y Colón Eloy.
Recibe sus primeras letras con Sor Goerie, monja profesora de la orden San Vicente de Paúl en Panamá; cuando triunfa la revolución liberal en 1895, con 17 años de edad con su madre pasa a residir en el palacio presidencial de Carondelet. Concluye sus estudios secundarios en el colegio San Gabriel de Quito.
A los 20 años de edad es enviado por su padre a los Estados Unidos, ingresa como cadete a la Academia Militar de West Point, alcanzando el grado de sargento mayor en 1900; luego en París ingresa a la Escuela Militar Especial de Saint-Cyr, institución castrense fundada por Napoleón para formar oficiales, después de dos años, egresa de subteniente. Durante los veranos europeos visita Inglaterra, Italia y España. En 1904, en condición de oficial extranjero, voluntariamente presta servicios por dos años en el Batallón Cazadores, en el Fuerte Vincennes, aprovecha para hacer estudios de artillería en Fontainebleau.
El 6 de febrero de 1906 es designado director del Colegio Militar para que realice los cambios en la codificación de leyes militares aprovechando su experiencia en las escuelas militares donde se formó. Por sus brillantes exposiciones castrenses preside la junta especial que dicta los reglamentos de infantería, caballería y artillería; debido a su iniciativa se fundan en las unidades de caballería las Escuelas de Veterinaria. Propone por ser necesaria la conformación de una Academia de Guerra para la preparación profesional de oficiales de jerarquías media y alta. Publica textos importantes como: “Manual del soldado”; “Empleo de la Artillería”; “Elementos militares y del Ejército y La flota de desembarcos”.
Es electo diputado a la Asamblea Nacional por la provincia del Azuay, pero viaja a Madrid como representante personal del Jefe Supremo en los festejos de las bodas de Alfonso XIII rey de España, en esa ocasión es condecorado con la Gran Cruz del Mérito Militar y en Portugal le entregan la Orden de Nuestra Señora de la Concepción de Villa Viciosa. A su retorno pasa a Río de Janeiro como Delegado de Ecuador a la III Conferencia Panamericana, recorre Uruguay, Argentina Chile y Perú.
El 1907 publica el “Reglamento de instrucción para el servicio de infantería en campaña”. El 26 de mayo de ese mismo año contrae matrimonio con Clemencia Lasso Chiriboga, cuñada del general Leonidas Plaza Gutiérrez. En 1908 continúa editando temas militares tales como: “Artículos militares”, “Defensa de nuestras costas” y “Reglamento de evoluciones en montañas”, este último con traducciones del francés. Ese año nace en el palacio presidencial su único hijo, Eloy Olmedo Alfaro Lasso. El 12 de octubre de 1908 es ascendido de teniente coronel a coronel, con 30 años de edad.
En 1908 sale del Colegio Militar y pasa a la Jefatura de la III Zona Militar con sede en Cuenca, donde edita el “Reglamento de tiro para la infantería”. En 1910 publica: “El ejército y la flota”, “Método de utilizar la caballería divisionaria”, “Manual del soldado en campaña” y “Estatuto de la Sociedad Geográfica de Quito”, este último en coordinación con su amigo y compañero de armas Telmo Paz y Miño. Con motivo de la movilización nacional en abril de 1910 por la situación tirante con el Perú se traslada a la frontera donde permanece. En 1911 retorna a Quito, donde en funciones como Jefe del Estado Mayor del Ejército publica el “Reglamento de ejercicios y evoluciones para la caballería ecuatoriana”, obra importante para el empleo de esa arma en la guerra de la época.
Incursiona en temas políticos apoyando la candidatura presidencial de Víctor Emilio Estrada pero por varios motivos fracasa y luego al instalarse el Congreso, el 10 de agosto de 1911, la situación política se torna tensa y su padre el presidente Eloy Alfaro renuncia, por lo que el 15 de septiembre, Olmedo y Colón Alfaro acompañan a su padre a Guayaquil y luego a Panamá. Olmedo Alfaro, tras pedir la baja del Ejército, se embarca con su esposa Clemencia Lasso y su hijo.
Luego del asesinato del general Alfaro en un afán de reivindicar la memoria de su padre, escribe el libro “El asesinato del general Alfaro ante la historia y la civilización”; su hijo enferma por lo que viaja a Estados Unidos en octubre de 1913, en New York escribe “A la nación ecuatoriana con motivo de la muerte de Eloy Alfaro” y “El partido conservador sindica a los asesinos de Alfaro y sus compañeros”. Luego de recaer en su enfermedad muere su hijo en Panamá el 9 de marzo de 1917.
La muerte de su hijo le causa una fuerte depresión, llegando a su divorcio en mayo de 1920, posteriormente contraería nupcias con la dama alemana Elizabeth Wagner el 13 de julio de 1932, con ella tiene una vida económica modesta. Se convierte en el biógrafo oficial de su padre, por lo que escribe varios libros dedicados a su memoria, así como otras obras de carácter social y militar.
Sus últimos años los pasa aquejados de asma y de dolorosas várices, mas fue el enfisema lo que le lleva a su muerte en la ciudad de Colón, en Panamá el 18 de mayo de 1959, a los 81 años de edad.
General Luis Telmo Paz y Miño Estrella
Nace el 15 de abril de 1884, en la parroquia de Chillogallo en la ciudad de Quito, sus padres fueron, don Rafael Paz y Miño y doña Victoria Estrella, perdió a su padre a edad muy temprana, y su madre le inculcó un amor especial por los libros. En 1899, es decir a los 15 años de edad, ingresa al reabierto Colegio Militar de la Revolución Liberal, para una permanencia de siete años, dividido en un curso general de cuatro y uno especial de tres; sin embargo, en 1902 se rebaja a cinco años y medio, y en 1904 a tres años. Parecería que Telmo Paz y Miño se gradúa de subteniente del Ejército en 1904, con la especialidad de Artillería.
Contrajo matrimonio con doña Cecilia María Salas Cerón, con quien procreó 8 hijos, a quienes supo brindar una vida de calidad e insertarles en la vida social y cultural de la ciudad, que buscaba abrirse un espacio a la modernidad de inicios del siglo XX.
En 1915 asume la subjefatura de la Sección de Geodesia, Topografía, Geografía y Cartografía del Estado Mayor General del Ejército. En mayo de 1916, siendo capitán, se inicia en la enseñanza técnica y elabora textos para el primer curso de dibujo militar y lectura de cartas. En 1917 organiza el primer curso de topografía. En 1920 se hace cargo de la subdirección de la Escuela Militar, en donde permanece hasta finales de 1921. Posiblemente en esta fecha, junto al mayor Alberto Inzani, y al capitán Umberto Ravazzoni, miembros de la Misión Militar Italiana, contratada por el presidente Luis Tamayo trabaja muy cercanamente en la organización y funcionamiento de la Escuela de Oficiales Ingenieros, la misma que abre sus puertas en junio de 1922, iniciándose de esta manera la educación técnica en el Ejército. El teniente coronel Telmo Paz y Miño consta como comandante del curso y profesor de topografía, dibujo, física y química. A este curso pertenecen entre otros el capitán Idelfonso Mendoza, el capitán Julio Pareja, el teniente Federico Struve, y el subteniente Luis Sierra, que constan junto a Paz y Miño como impulsadores de la Revolución Juliana.
En 1923 es nombrado primer jefe del batallón No. 3 “Pichincha”, en donde permanece hasta el día en que se constituye la Junta Suprema Militar, de la cual es su Presidente, iniciándose la primera fase del proceso juliano de 1925. Entregado el poder a Isidro Ayora, es nombrado jefe de la Segunda Zona Militar en diciembre de 1925. En este mismo año asume el cargo de subsecretario del Ministerio de Guerra, desde donde, mediante Decreto Ejecutivo, expedido por Isidro Ayora, pasa a presidir la Comisión Técnica de Levantamiento de la Carta Topográfica Nacional, en la cual se incluye al mayor italiano Giacomo Rocca. Esta Comisión se encarga de organizar el Servicio Geográfico Militar, el mismo que es fundado el 11 de abril de 1928. En sus instalaciones se elabora y publica la primer carta topográfica el 3 de junio de 1930.
En 1929 lo encontramos en la Asamblea Constituyente en su calidad de diputado por Pichincha. Al reintegrarse a la vida militar, es nombrado Inspector General del Ejército en 1931, y Jefe del Estado Mayor General, en el mismo año, con lo cual culminaría su carrera militar.
Entre otras funciones importantes, una vez retirado del Ejército, lo encontramos como rector del Colegio Normal Juan Montalvo, miembro de la comisión especial investigadora de la guerra de 1941, vocal del consejo superior de la Caja de Pensiones.
Entre sus principales obras se encuentran: “Cartografía quiteña, apuntaciones de una geografía urbana de Quito” (1960); “Monografía ilustrada de la provincia de Pichincha” (1922); “La población del Ecuador” (1942); “Contribución al estudio de las lenguas indígenas del Ecuador” (1936); “Estudios sobre prehistoria ecuatoriana” (1961).
Su valioso aporte al país le valió ser miembro de valiosos núcleos científicos nacionales; Miembro titular de la Sociedad Geográfica de Quito; Miembro de la National Geographical Society de Washington; Miembro del Comité Nacional de Geodesia y Geofísica; Miembro correspondiente de la Academia Nacional de Historia; Miembro del Instituto Panamericano de Geografía e Historia.
Con mucho éxito incursionó en el campo literario, sus obras importantes son: Los aventureros (1919); la novela Farinango (obra inédita 1957), la misma que de acuerdo a Jaime Breilh Paz y Miño, su nieto, es “la expresión de sus frustraciones como militar ante el fracaso de la Revolución Juliana para dignificar su raza indígena, sobre la base de una justicia social autentica, y el dolor de la traición de sectores de la clase política dominante en los aciagos días de la guerra de 1941”; finalmente su obra poética El último centauro, una apología al valor de las artes (1924). Un total de 48 obras constituyen un aporte a la Geografía, a la Demografía, a la Historia y a la Lingüística del país.
Numerosas fueron las condecoraciones recibidas en la carrera militar; entre las mas importantes: Corona de Italia en el grado de Comendador; Cruz de la Orden de Lafayete, Grado de Caballero, Cruz de Boyacá de Primera Clase, Colombia; Al Merito en el Grado de Comendador, Ecuador; Legión de Honor en el Grado de Caballero, Francia.
Luis Telmo Paz y Miño, fue a decir de Breilh, un hombre “de espíritu austero y pausado, no equivalente a la intensidad de su vida intelectual ni a su incansable trabajo de investigación de la realidad nacional”.